lunes, 28 de enero de 2008

¿Se puede estirar el tiempo con la mente?


¿Es posible entrenar nuestra mente para que perciba el paso del tiempo de una manera diferente? Según algunos investigadores, si. Aseguran que con el entrenamiento adecuado, podemos hacer que la velocidad con la que transcurre nuestra vida sea mucho menor, aprovechando mejor el tiempo y logrando controlar su frenético ritmo.

Mike Hall, un entrenador de los deportes de Edimburgo ha aprendido a “estirar” el tiempo. Hall asegura que desde los 12 años tiene el poder de hacer que su percepción temporal cambie, haciendo que el tiempo subjetivo transcurra más lentamente. Esto ha contribuido, según él, a convertirlo en un mejor jugador de squash. "Es difícil de describir, pero es una sensación de quietud, de que ya no estoy atrapado en el tiempo secuencial", dice. "La pelota sigue rebotando, pero se mueve por la cancha a diferentes velocidades, dependiendo de las circunstancias. Es como que he salido de tiempo lineal."

La primera impresión que uno tiene al leer esto es que el bueno de Mike ha perdido un tornillo. El tiempo debería ser uno solo, y el mismo para todo el mundo. De no ser así, cosas muy extrañas podrían pasar. Sin embargo, varios biólogos, neurólogos e investigadores de otras áreas coinciden en que lo expuesto por Hall es verdad.

El neurólogo Warren Meck es una de las autoridades con más peso en el estudio de la forma en que el cerebro mide el paso del tiempo. Meck ha clasificado dentro de tres grandes grupos nuestra habilidad para medir el transcurso del tiempo: en un extremo ha situado a los ritmos circadianos, que controlan cosas como sueño y la vigilia durante períodos de 24 horas. En el otro extremo ha puesto nuestra capacidad de “medir” tiempos en el rango de los milisegundos, que utilizamos en las tareas que requieren de motricidad fina. Y en el medio, dentro del rango temporal que va desde unos segundos hasta algunos minutos, se encuentra nuestro sistema que percibe conscientemente el paso del tiempo.

Extrañamente, los científicos son capaces de comprender que partes de nuestro cerebro intervienen en el control de los ritmos circadianos y de los lapsos de tiempo muy cortos, pero es poco lo que se sabe sobre la manera en que utilizamos nuestro cerebro para medir tiempos dentro del rango medio. Muchos pensaban que la percepción del tiempo era poco más que un efecto secundario de la cognición en general, y se negaban a verlo como una disciplina por derecho propio. Pero ahora, se han descubierto algunas zonas del cerebro que parecen especializadas en la medición del paso del tiempo, una especie de “ritmómetro” biológico.

Meck cree que el cerebro utiliza esta especie de marcapasos interno para cronometrar eventos. Cuando necesitamos hacer una estimación de cuánto tiempo ha pasado, por ejemplo cuando estamos esperando un autobús o preparando una taza de té, simplemente “consultamos” este cronometro.

Lo interesante del caso es que la velocidad con la que mide el paso del tiempo este cronometro interno puede variar. Experimentos llevados a cabo en roedores entrenados para mover una palanca que les proporciona comida y que funciona solo cada un determinado intervalo de tiempo demuestran que la producción de dopamina afecta la forma en que el animal percibe el transcurso del tiempo. Si se añade dopamina, el ritmómetro de las ratas va más deprisa; si se elimina, el reloj se hace más lento.

Los defectos de este ritmómetro, según Meck , podrían explicar varias dolencias. La dislexia, la hiperactividad, la enfermedad de Parkinson y la esquizofrenia pueden estar asociadas a la forma en que percibimos el paso del tiempo. Y también explicaría por qué en un accidente de automóvil tres segundos perecen tres minutos o incluso de qué forma algunas drogas (como la cocaína) producen una sensación de velocidad, mientras otras, como la marihuana, nos hacen sentir que el tiempo transcurre más lentamente.

Todo esto demuestra que el truco de Mike Hall para hacer que su juego de squash sea mejor es posible. De alguna manera, Hall puede hacer que su ritmómetro funcione a una mayor velocidad, haciendo que su percepción de la realidad cambie, y que fenómenos que duran segundos en el “tiempo normal”, a él le parezcan minutos. No es algo tan descabellado, simplemente es el equivalente biológico de usar un cronometro que marche más rápido: si medimos con él la velocidad de un objeto cualquiera, este parecerá viajar más lentamente, ya que tardará más cantidad de “segundos rápidos” para recorrer una distancia determinada.

Un dato interesante sobre este temas es que la existencia de algún cronometro interno ya había sido sugerida hace mas de 70 años. Un psicólogo estadounidense, Hudson Hoagland, escuchó a su mujer quejarse de que su marido se había marchado de la habitación durante mucho tiempo, cuando en realidad había salido sólo un momento. La señora Hoagland estaba padeciendo una fiebre intensa, y era cuidada por su marido.

Picado por la curiosidad, el psicólogo le pidió a su mujer que le dijera cuándo había pasado un minuto. Solo 37 segundos más tarde ella dijo que ya había pasado el tiempo. Puesto a investigar, Hoagland descubrió que medida que subía su temperatura, la percepción del tiempo de su mujer era aun más lenta (su cronometro funcionaba más rápido, como el de Hall).Más tarde también pudo determinarse que haciendo descender la temperatura del cuerpo de una persona en dos o tres grados se podía acelerar el sentido subjetivo del tiempo (o sea, disminuir la velocidad del ritmómetro).

Dado que hay una correlación entre la cantidad de dopamina y la percepción del paso del tiempo, y que los niveles de esta sustancia en el cerebro disminuyen con la edad, el sistema nervioso y su ritmómetro se hacen más lentos al envejecer. Esto explica porque los ancianos a menudo confunden el tiempo. Los experimentos demuestran que cuanto más viejo se hace uno, más se tiene la impresión de que el tiempo vuela.

Meck cree que con todos estos conocimientos nuevos sobre la forma en que funciona nuestra percepción temporal sería posible entrenar el cerebro para que crea que el tiempo transcurre más o menos rápidamente. O utilizar alguna medicina que tenga el mismo efecto. Esto haría posible que el hombre maneje de una forma mucho más eficiente su posesión más apreciada: el tiempo.
Fuente: neoteo.com

viernes, 25 de enero de 2008

Foto de extraterrestre



La fotografía fue tomada por el explorador marciano Spirit, de la NASA. A simple vista no hay nada extraño pero, si se amplía, se puede distinguir la figura de una mujer con su brazo derecho extendido. ¿Una marciana? Probablemente, no. Pero ya conocen a los ufólogos...


La siguiente fotografía ha levantado toda una polvareda entre los ufólogos, aficionados a encontrar conspiraciones en todos lados. La imagen fue enviada por el explorador de la NASA Spirit, desde Marte. La inspección inicial no reveló nada inusual, pero cuando unos astrónomos aficionados se pusieron a estudiarla, encontraron la extraña figura.

Si uno deja volar la imaginación, lo que allí se ve es una mujer, sentada en una roca, levantando su brazo derecho... para saludar, ¿tal vez? Los "creyentes" enseguida se alborotaron y gritaron a los cuatro vientos: ¡Es un marciano! ¡Es un marciano! ¡Es un marciano! "Esas imágenes son asombrosas. No podía creer a mis ojos cuando vi lo que parece ser un extraterrestre desnudo corriendo en Marte", se puede leer en un sitio dedicado a la ufología.

Pero no, no se entusiasmen. ESO NO ES UN MARCIANO. Probablemente sea una roca con forma extraña, o una ilusión óptica del terreno. Y no es que no creamos en la existencia de extraterrestres, allí, en algún lugar de la galaxia. Sino que no creemos en ESTE extraterrestre. Este pedazo de "evidencia", si es que se le puede llamar así, prueba muy poco en relación con todas las demás fotografías publicadas del planeta rojo. Si existiera una sociedad marciana capaz de vagar por los yermos terrenos inhóspitos de Marte, cosa ya de por sí difícil de creer, la hubiésemos visto hace años. Una ilusión óptica no prueba absolutamente nada. ¡Niet!


jueves, 10 de enero de 2008

El caso Roswell: ¿verdad o fraude?


Los ufólogos han sostenido durante años que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell en 1947, y que se recuperaron varios cadáveres de origen extraterrestre. La versión oficial del gobierno de EE.UU., expresada en un informe definitivo de la USAF es que “nada de naturaleza paranormal o extraterrestre ha ocurrido.” ¿Cuál es la verdad detrás del caso Roswell?


Casi todo lo que esté relacionado con el tema de los visitantes extraterrestres genera pasiones encontradas. A la mayoría de la gente le resulta fácil tomar partido a favor o en contra de cualquier hipótesis. El “Caso Roswell” no es la excepción.

Según cuenta la historia, en de julio de 1947, algo cayó del cielo en las cercanías de la pequeña ciudad Norteamericana de Roswell, ubicada en el desierto del suroeste. El diario local “Roswell Daily” encabezó la edición del 8 de julio con un título que haría famosa a la ciudad: “La Fuerza Aérea recupera un plato volador estrellado en un rancho en la región de Roswell".

El artículo dio la vuelta al mundo. El diario había recogido las declaraciones oficiales del teniente Walter Haut, quien desempeñaba las tareas de vocero de la base militar local. Pero pocas horas más tarde el Estado Mayor desmentía lo publicado por el diario, a la vez que aseguraba que los restos hallados pertenecían a un globo meteorológico de altura. Esta desmentida hizo que Roswell volviese al olvido durante unos años.

Pero, con transcurso del tiempo, varios apasionados por el fenómeno OVNI comienzan a interrogar testigos y elaborar hipótesis de lo ocurrido. A partir de ese momento, lo que había sido “un hallazgo de restos” se transforma en “un complot del gobierno para tapar lo que ha ocurrido en realidad”. Aparecen tantas versiones como investigadores abordan el caso. Se mencionan al menos 6 lugares diferentes para el hallazgo, y el número de cadáveres recogidos por el ejército, siempre según estos investigadores independientes, varía desde dos hasta nueve. Incluso algunos aseguran que el ejército mantiene (o mantuvo) como prisioneros a algunos tripulantes que se encontraban con vida luego del accidente.

Corresponde a Stanton Freidman el honor de ser el primero en publicar un libro acusando al gobierno federal de haber escondido y maquillado el caso. El texto, aparecido en 1978 fue seguido por muchos otros, y más tarde series televisivas como X-Files (“Expediente-X “en España) popularizarían el nombre de Roswell.

Medio siglo más tarde, Roswell se ha transformado en una especie de Meca en la que se reúnen cazadores de extraterrestres, fanáticos y simples curiosos. En 1991, con la presencia del retirado teniente Haut, se fundó el "Museo de Ovnis" en la ciudad. También comienza a celebrarse el "Festival de encuentros extraterrestres", organizado por la Cámara de Comercio local.

El tema explota. Tiene todo lo necesario para atraer la atención: extraterrestres, complot del gobierno, y hasta un video con la autopsia realizada a uno de los tripulantes de las supuestas naves. En varios hangares de las afueras de Roswell, los turistas pueden asistir a conferencias (previo pago de algunos dólares) y comprar toda clase de objetos con la imagen característica de los hombrecitos verdes. El recuerdo más vendido es una cabeza de extraterrestres en falsos frascos de formol (a solo 36 dólares).

Unas 200.000 personas al año visitan Roswell, y gastan unos 5 millones de dólares en recuerdos y servicios de hotelería. Para una ciudad de menos de 50.000 habitantes en medio del desierto es mucho dinero. Quizás esto explique la gran cantidad de testigos locales que aseguran haber visto OVNIS, enanos verdes o casi cualquier cosa que el turista quiera escuchar.

En la vereda de enfrente, está el informe definitivo de la USAF. En él se demuestra que el platillo volador es falso. Por su parte, los ufólogos insisten en que lo falso es el informe. Esto, si no fuera por las pruebas (o ausencias de ellas) significaría una especie de “empate técnico”. Es que los ufólogos no disponen de una sola prueba de que el accidente haya ocurrido. No hay trozos (verdaderos) de la nave, no hay restos o sangre alienígena. Solo relatos de testigos.

El informe oficial es categórico: el accidente de Roswell no involucra a ninguna nave de otro planeta, solo resultó ser “un globo destinado a detectar las ondas sísmicas que pudieran provocar las pruebas nucleares soviéticas”.

La otra “prueba irrefutable” del incidente, según los ufólogos, es el video de la autopsia realizada al cadáver (aunque algunos afirman que estaba vivo al momento de diseccionarlo) extraterrestre. Sin embargo, John Humphreys, responsable de los efectos especiales de la película "Charlie y la fábrica de chocolate", reconoció ser el autor del video, y que la “autopsia” en realidad implicaba a un “muñeco de látex relleno de hígados de pollo". Esto no ha hecho ni mella en la fe de los fanáticos.
Resulta extraño que sea más fácil creer en la hipótesis del extraterrestre y del complot del gobierno que en un simple globo aerostático. Pero sin embargo eso es lo que ocurre.

Seguramente existen muchos mundos habitados en el universo, y posiblemente varios de ellos se encuentren a menos de 500 o 1000 años luz de la tierra. Es posible que muchas de estas razas dominen el viaje espacial, y estén recorriendo la galaxia en busca de otras civilizaciones. Pero también es seguro que lo que se estrelló en Roswell no fue una de sus naves, por más que a la Secretaria de Turismo de la ciudad le guste la idea.

Revolucionario tratamiento contra la adicción a la cocaína: sedantes e inhibidores de hormonas


De acuerdo a un reciente descubrimiento, la combinación de tranquilizantes como el oxazepam y bloqueadores de hormonas como el metyrapone puede brindar una impresionante ayuda en la lucha contra la adicción a esta droga

Un estudio científico de la Universidad de Lousiana, dirigido por la profesora de psiquiatría Ana Kablinger, ha dado por resultado la sorpresiva afirmación: sedantes e inhibidores pueden ayudar en gran forma a reducir la dependencia de los humanos a la cocaína.

Y lo revolucionario de este método está dado en el hecho de que a diferencia de otros tratamientos que intentan convertirse en reemplazos químicos de la cocaína (causando la misma sensación de placer a los pacientes) este se basa en el bloqueo de la producción de cortisol, una sustancia que envía señales de stress al cerebro. Y que para los especialistas es la causa de adicciones y desórdenes psiquiátricos varios.

La Universidad de Louisiana planea ahora comenzar con pruebas en 45 voluntarios, que recibirán la mezcla de sustancias por un período de 6 semanas. Las pruebas serán coordinadas entre la Universidad y Embera NeuroTherapeutics, una firma fundada por el doctor Nicholas Goeders, quien ha sido director del Instituto de Medicina de la Universidad y ha dedicado 25 años de su vida a la lucha contra las adicciones, y marcan un hito en este tipo de tratamientos.

Sobre todo en un país como EEUU donde se estima que aproximadamente 1.700.000 personas sufren de adicción a la cocaína y las autoridades destinan cada año miles de millones en la lucha contra su uso y contra el narcotráfico.

TOP 5: Programas lentos (y pesados)


La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Los 5 programas más irritantes en nuestras compus .
Ya leyendo la descripción que nos ofrecía el sitio (programas que congelan tu sistema o consumen inconcebibles recursos – más actualizaciones – para ofrecer soluciones básicas) nos imaginamos distintos nombres de lo que íbamos a encontrar. Y tal como experimentarán ustedes, se nos fueron dibujando sonrisas irónicas y llamaradas de ira en las pupilas con cada renglón. Para todo dueño de ordenador que se precie, aquí los cinco programas que merecen nuestro desprecio y que pueden (algunos) desterrarse para siempre

1. Acrobat Reader:
¿Quién mejor para llevarse el primer puesto a la saturación de cualquier tolerancia? Un programa que vive requiriendo actualizaciones, que ocupa enormes espacios en la memoria, datos de programa y que puede tener la habilidad de congelar tu sistema mientras inicia. Todo eso – como bien resalta downloadsquad – para abrir una miserable página.
Alternativa Salvadora: FoxIt Reader

2. iTunes:
No hace falta mucha descripción. Muy poca gente puede desconocer a este gordísimo y horrible reproductor que ignora alegremente todos los otros programas que cumplen 100 veces mejor con el mismo cometido. Aun sin tener un iPod te encontrarás con este programa en tu ordenador. Y si tienes un iPod, que Dios te ayude a sincronizarlo correctamente
Alternativa Salvadora: Pues si tienes un iPod, no hay mucho que puedas hacer

3. Real Player:
Todos los beneficios del tiempo real pisoteados por un programa que parece nacido para fastidiarte y para dominar todos los medios que tengas el ordenador. Porque este reproductor no soporta la competencia y puede torturarte hasta el día que mueras (ni hablar de las suscripciones). Un soft que desdibuja tu sonrisa cada vez que lees .rm
Alternativa Salvadora: Real Alternative

4. Internet Explorer:

Si aún no estás utilizando Firefox, quizás merezcas todo el sufrimiento que este programa regala sin miramientos. Pues has de ser masoquista si aún te sometes a la esquizofrenia del IE teniendo una excelente opción disponible desde hace 3 años. Por si no te ha quedado claro, el IE es el demonio mismo, sálvate mientras puedas.
Acceso al paraíso: Firefox

5. Microsoft Outlook:
En cierta época uno rogaba por tener acceso POP3 a sus webmails y llenaba su Outlook de cuentas. Hoy en día ese sobrecito amarillo es sinónimo de agonía mientras gozamos de los beneficios de Gmail. Aún así, sea por cuestiones laborales o de sincronización aún asoma sus toneladas por nuestro disco y su pericia de babosa empantanada a la hora de procesar mensajes y búsquedas.
fuente: neoteo.com